domingo, 10 de marzo de 2013

A veces me asusta la idea de estar al borde de perderme a mi misma.

Me pregunto que sentido tiene seguir con la rutina cuando no hay nada que me obligue a hacerlo, es decir, nadie me ordena hacerlo pero aun así ,sonrió y lo hago. De un momento a otro , casi sin darme cuenta me fui convirtiendo en esa persona que siempre odie, común como el resto, buscando "finales felices" en épocas de guerra. Adentro mio hay una revolución de pensamientos que pelean por salir, miles de recuerdos muriendo con el correr de los días, nuevas memorias que me inundan de cosas positivas y a la vez ,toda esa tristeza , el dolor que quiere salir, poco a poco duele menos a tal punto de no sentir nada para de nuevo volver a sentir el doble, los pensamientos negativos como cuchillas afiladas, matando lo que queda de cordura adentro mio, las espinas en el pecho que se clavan cada vez mas profundo para recordarme que estoy viva y todavía se puede sentir dolor. De vuelta en la nada, hasta que una nueva situación desencadene el fenecí suicida que llevo dormido adentro.

En lo profundo de cada persona, se esconde un lado oscuro, esperando que un golpe de la vida tire abajo la moral para adueñarse de lo que hoy somos.